El acceso a la información como lo tenemos hoy, nunca ha estado tan disponible para el común de los cristianos, lo compruebo con un dispositivo en la palma de la mano, y bajo demanda puedo obtener el acontecer actual e histórico, grandes obras del pensamiento, entre otros contenidos. Gracias a este fenómeno me atrevo a compartir una opinión que se relaciona con nuestro origen y dirección.
Soy de la generación X, de cultura occidental, y crecí algo distraído escuchando los aportes de la teoría de la evolución por un lado, y la creación divina por el otro, que somos resultado de la selección natural, o descendencia de Adán y Eva*.
Hoy ya casi con medio siglo en este mundo, con la voluntad de querer entender a través del cedazo del discernimiento, creo en que es posible recuperar la capacidad de asombro y de reflexión, para de esta forma evaluar una opción donde pueden convivir los dos aportes descritos en el párrafo anterior, además de hacer una crítica constructiva al statu quo.
En este punto considero válido que la selección natural se puede observar por simple inspección en la naturaleza, es notable el trabajo de Darwin, pero carece de lo necesario para explicar el origen de nuestra especie. Así también son admirables los dogmas que se han trasmitido por generaciones, y que cumplen con la necesidad del ser, por lograr la paz, un entender, y seguir un camino, pero con todo respeto, los dogmas se han vuelto truncos, así lo demuestran reconocidos eruditos.
Entonces, acepto la idea de que nuestro origen es por voluntad. Fuimos diseñados y creados a semejanza del Creador, así nosotros como “hijos” descendientes tenemos la capacidad de voluntad para querer comprender el alcance físico e intangible de nuestra creación, por ejemplo: En el plano físico, en el que estamos presentes por voluntad, en aquello tan maravilloso que amamos y llamamos vida, abstrayéndome del constructo personal, estamos dotados para querer comprender el fenómeno de la vida como una forma dinámica de la materia con capacidad de autopoiesis, cuya complejidad de operaciones y todo aquello que nos distingue como ser están en las instrucciones del ADN. Con este ejemplo, y sin llegar más profundo, creo que es suficiente para imaginar el nivel de conciencia del Creador.
En el plano de lo intangible, aquella conciencia que habita el cuerpo físico, estamos dotados con la capacidad de fomentar la conciencia, que es ese destilado de la experiencia interactuando con ideas complejas, con el entorno, imaginando, recordando, y formulando proyecciones, mejorando los reflejos del aprendizaje, además de pensar en.. o descubrir un estado más profundo de lo intangible, lo que trasciende, y que no depende del plano físico, ni del cuerpo, ni de la vida presente, me refiero aquello a lo que llamamos alma.
Esta maravillosa amalgama de capacidades físicas e intangible que integra al ser, la mayoría de las cuales ignoramos o damos por hechas, que existen por si solas, operando de forma autónoma como el respirar, los latidos del corazón, o la regeneración celular, entre otros reflejos que no necesitan de nuestra atención, salvo cuando enfermamos, nos dan testimonio de la perfección y lo admirable de nuestro diseño.
Y en este punto, desde mi humilde posición, con base en lo expuesto, quiero compartir una crítica constructiva a la dirección soberbia que se le esta dando a la sociedad por el statu quo de la ciencia, una ciencia que hoy se enfoca en seguir el camino de querer imitar nuestra creación, o poseer el control de aquella, hackear al ser. Hoy esta actitud es fuente de todos los males que se extienden hasta cada rincón de la sociedad, y ¿a que costo?, esta tendencia a menospreciar lo que somos ¿a donde llevarán a las nuevas generaciones?. Según una proyección textual propuesta por uno de los asesores más influyentes del foro de Davos, deduce que: “A las drogas y a los videojuegos”, una propuesta desalentadora que además desestima abiertamente lo que a mi juicio de verdad puede ayudar a dar sentido a un nuevo logos, a nuestra razón de ser.
Concluyo con la idea de aspirar a un ideal, me refiero a una dirección con iniciativas que fomenten el entendimiento, al desarrollo de la conciencia, y del espíritu, viendo a este último como la causa que le impregnamos a nuestra vida, al sentido de pertenencia, a un estado que puede dar forma a un futuro más prometedor para las nuevas generaciones.
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